

Propuestas de solución
Alarcón Perez, Paulo
En estos últimos años se ha incrementado el índice de casos sobre la violencia contra la mujer, ya sea de manera física, psicológica o sexual. Por tal motivo se propone emplear el proyecto de “Intervención social con mujeres víctimas de violencia de género y sus hijas e hijos”, ya que se considera conveniente y viable.
En primer lugar, considero que es conveniente aplicar la solución porque se adapta al contexto social en el que nos encontramos, ya que el proyecto realizado en España se basa en la Ley Orgánica 1/2004 de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género de dicha región, el cual se encarga de todos los aspectos preventivos, educativos, sociales, asistenciales y de atención posterior a las víctimas de violencia en el ámbito familiar o conyugal. Del mismo modo, en Perú se promulgó la Ley 30364 emitida por el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables en el 2015, esta ley se encarga de prevenir, erradicar y sancionar toda forma de violencia contra la mujer accionada en el ámbito familiar o conyugal. También, establece medidas de atención, protección y reparación para las víctimas de violencia. Otra similitud contextual por la que se debe aplicar el proyecto es que ambos países presentan un ascenso de cifras sobre víctimas de violencia. Según la publicación del 4 de enero del 2018 por el diario El Comercio, las cifras no son iguales pero la tendencia de cifras a aumentar de mujeres agredidas es la misma. Por tal motivo, al tener un contexto social semejante y ley similar a la que se utilizó como base del proyecto considero que el desarrollo de la solución tendrá éxito frente a la violencia contra la mujer.
En segundo lugar, estimo que es viable porque se requiere un mínimo de inversión económica (750 mil dólares), esto se debe a que la cantidad de especialistas, entre psicólogos y abogados, es mínima. Marina Rey, Máster en Género y Diversidad, quien elaboró el proyecto de intervención, expresa que, al ser un proyecto de intervención social, se trabaja de diversas formas, una de ellas es la metodología del Trabajo Social Grupal, que se basa en la relación de los afectados y se crea grupos de familia que se ayuden mutuamente. También, se emplea la metodología de Trabajo de Intervención Individual, que se desarrolla con el especialista (psicólogo o abogado) y el afectado (madre o hijo/a). Del mismo modo, se emplea la metodología de Intervención familiar, esta consiste en trabajar conjuntamente con la familia entre madre e hijos. Por otro lado, también se puede emplear la intervención mediante el uso de música como terapia. Esta idea innovadora fue ejecutada en Cuba durante 2011 como parte del programa piloto a mujeres víctimas de violencia. La ejecución de las diversas formas del proyecto de intervención hace que su desarrollo sea semi autónomo porque las medidas de reparación se dan entren los afectados, entre afectado-especialista. Es por estas razones que considero viable el desenvolvimiento del proyecto para mitigar y contrarrestar los actos violentos contra la mujer.
Esta imagen es una portada de un folleto que elaboró el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables. Esta imagen muestra como el Estado está involucrado en intervención de la violencia contra la mujer

Imagen recuperada de: https://repositoriopncvfs.pe/producto/cartilla-violencia-en-las-relaciones-de-pareja/
Cartilla emitida por el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, refleja interés por métodos de prevención.
Ponte Montalván, Luis
Al ser nuestro país uno de los que encabezan la lista de mujeres violentadas en Latinoamérica, encontré una solución frente a esta problemática. La ley María da Penha, aplicada en Brasil (2006), es una norma que se basa en poder identificar a la violencia contra mujeres como un quebrantamiento al artículo 5 de los derechos humanos. Considero que si trasladamos esta propuesta a un contexto peruano no sería conveniente, por las razones que se explican a continuación.
En primer lugar, no avalo un desarrollo óptimo de esta ley en un contexto como el nuestro, ya que contamos con un Estado incompetente en la promulgación de leyes. En el gobierno brasileño, esta norma funcionó porque las autoridades de ese país tomaron medidas drásticas. Un ejemplo claro es que el parlamento brasileño decidió posicionar a la violencia contra las mujeres como uno de los problemas que necesitaban soluciones inmediatas. En contraste, nuestro país sigue considerando a esta problemática como un crimen de poca agresividad. Otro ejemplo es que el gabinete brasileño decidió proporcionar más presupuesto a las Delegacias de Defensa da Mulher (DDM) para que así estos puedan tener más recursos y puedan atender las 24 horas. De esta manera, las mujeres agredidas pueden refugiarse y denunciar cualquier tipo de violencia en contra de ellas. Por el contrario, en nuestro país los Centro de Emergencia Mujer (CEM) se encuentran desabastecidos en recursos y su atención no son las 24h. Por lo cual, muchas mujeres no tienen a dónde acudir y en la mayoría casos deciden quedarse con el agresor porque no sienten el apoyo de nadie. Por esta razón, considero que no es conveniente la propuesta de solución en nuestro país.
En segundo lugar, otra razón por la cual no garantizo buenos resultados al aplicar esta norma se debe a que esta ley es insuficiente e ineficaz para poder parar la violencia contra mujeres en el Perú. Esto ocurre, ya que existe un mandato semejante estipulado en nuestra Constitución y este no ha puesto fin a la problemática. La Ley N° 30364 es un precepto promovido por nuestras autoridades cuyo fin es poder precaver, suprimir y condenar todo tipo de agresión hacia mujeres. A pesar de que esta norma ya fue aplicada en nuestro país, el porcentaje de mujeres violentadas no ha disminuido en gran cantidad. Además, a través de encuestas realizadas por la Defensoría del Pueblo se pudo observar que el 75% de las personas encuestadas no sabía lo que significaba la ley, lo que evidencia una desinformación por parte de los ciudadanos con respecto a leyes. Si realizamos una analogía entre la ley anteriormente aplicada y la ley María da Penha, podemos esperar resultados similares, los cuales no han puesto fin a la problemática. Por consiguiente, considero inconveniente e ineficaz la aplicación de esta solución en el Perú.

En esta imagen observamos como el hecho de que una mujer se quede callada frente el abuso de un hombre no ayudara a solcuionar el problema.

Marcha de Ni una menos. en donde cientos de mujeres salieron a las calles a protestar por mmujeres agredidas.
Porras Antonio, Roberto
La violencia contra la mujer en la ciudad de Lima Metropolitana es uno de los mayores problemas a nivel nacional y mundial. Por ello, en la búsqueda de soluciones, analizamos una propuesta realizada por las Naciones Unidas con el nombre de Plan de Acción Mundial (2006). Este plan fue aplicada en la ciudad de México, donde se obtuvo buenos resultados; sin embargo, en el Perú solo se convertiría en un plan poco viable y, por eso, no estamos de acuerdo.
Un primer factor que impide un buen resultado de la propuesta es la incapacidad del Estado en su rol de organismo regulador. En la publicación de Diana Portal Farfán (2018), comisionada de la Adjunta para los Derechos de la Mujer, se precisó que tras un análisis de los últimos 3 años, no existe relación de proporcionalidad entre las denuncias de feminicidio y las condenas ejecutadas por las entidades jurídicas. Por ejemplo, en el 2014 se procesaron cien casos, pero solo 3 de dichos casos recibieron la sentencia verdadera; es decir, unicamente el 3% de los casos registrados en el 2014, recibieron la condena acorde a la infracción. En el 2015, solamente se evidenciaron 23 de 103 casos investigados y en el 2016, la cifra fue de 31%. Del mismo modo, en los casos evidenciados, existe una desigualdad de los derechos humanos, de las víctimas mujeres de feminicidio o intento de feminicidio. Por esta razón, jurídicamente es muy complicado tener un sistema de justicia eficaz y rápida, el Plan de Acción Mundial, que evite la impunidad del agresor.
Otro factor por el cual la propuesta de Plan de Acción Mundial es difícil de ejecutar, en Lima, es porque hay una cantidad escasa de organizaciones reconocidas por el Estado, que defienden a la mujer. Según la publicación de Anahí Durand Guevara, en el proyecto “Mujeres y sus organizaciones propician políticas públicas locales y nacionales en el marco de la Ley de Igualdad de Oportunidades” (2009), se plantea un objetivo común, que se basa en incorporar propuestas políticas públicas, normas y proyectos que beneficien a la mujer. Sin embargo, se evidenció una falta de apoyo en dicha elaboración de normas y estándares por los procesos políticos. En el 2006, se presentó una coyuntura de normas y estándares, pero no fue favorable para la firma de actas de compromiso, pues las autoridades no se pronuncian de la manera adecuada a favor de la importancia de desarrollar ideas políticas, cuyo enfoque sea el beneficio de las mujeres. Por ello, la carga de las labores de subsistencia comunitaria, de los problemas domésticos veían disminuidas sus posibilidades de afirmar un protagonismo social; es decir, no permiten a las mujeres trabajar en condiciones óptimas, al no contar con las herramientas para sustentar sus proyectos y propuestas. Esto dificulta la incorporación de propuestas en políticas públicas, normas y proyectos a favor de la mujer.
Por lo expuesto en el texto, se entiende que el Plan de Acción Mundial que consta de leyes para el beneficio de las mujeres se torna complicado en el Estado peruano, ya que es incapaz de asumir su obligación como organismo regulador. Además, es escaso el apoyo en la elaboración de normas para las organizaciones de mujeres, que exigen sus derechos.

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En esta imagen podemos observar cifras que evidencian la alta tasa de mujeres violentadas.
Villa-Garcia Campos, Valeria
La violencia familiar es un problema que abarca en general el tema de la violencia contra la mujer. La magnitud del problema es muy alto y es esencial la intervención del Estado para poder disminuirla. El Programa Lucha contra la Violencia Familiar se introdujo en el año 2012 con el propósito de reducir la violencia familiar contra quienes viven junto a ella en el hogar. Sin embargo, las medidas planteadas no son las adecuadas para una solución viable.
En primer lugar, para lograr el éxito en cualquier programa que quiera generar un cambio se necesita persuasión y compromiso. En este caso, las autoridades no impulsan la comprensión y ejecución de las políticas y actividades del programa. Esto demuestra la poca importancia que las autoridades muestran ante este asunto, cuando debería ser su tarea primordial brindar seguridad individual a todos los ciudadanos. “Se evidencian casos en que los gobiernos locales y regionales no apoyan al desarrollo del PP, y existe una falta de participación en las ordenanzas y planes contra la VF en las regiones” (Carrasco, Bustamante & Gushiken, 2015). Esto crea una imágen desinteresada del gobierno y la población va teniendo cada vez menos expectativas acerca de todas las promesas de cambio manifestadas a lo largo del tiempo. Para que el programa de buenos resultados es necesario que los gobiernos locales y regionales participen y apoyen el desarrollo del programa, lo cual no hacen.
En segundo lugar, son muchas las actividades a realizar las cuales pueden llegar a ser muy costosas. Como se puede saber el país no tiene estabilidad económica ni un gran presupuesto para lidiar con elevados gastos. Los servicios de atención que brinda el programa a las personas afectadas por la violencia familiar son principalmente la Línea 100 y el Servicio de Atención de Urgencia (SAU). El problema con respecto a estos servicios es que tienen una limitación territorial, como por ejemplo, el servicio de Línea 100 sólo es ofrecido en Lima y el Callao por falta de mantenimiento, por ende, no solo no es efectuado en los demás departamentos sino el servicio no es brindado de manera constante. La falta de recursos económicos y la falta de constancia en la transferencia de recursos por parte de las autoridades necesarias impiden el seguimiento de los casos, las coordinaciones con las autoridades de justicia y que las instituciones brinden la atención médica o psicoterapéutica a las víctimas. Además, se notó un incremento de asignación presupuestal año a año que puede ser muy perjudicial para el programa ya que no hay el dinero suficiente para cubrir los gastos. Así mismo, según datos del Programa, “en el 2012, contó con un PIA de S/. 33 millones y, para el 2013, contó con un PIA de S/. 44 millones, ambos años logrando un 99% de ejecución presupuestal. En el 2014, contó con un PIA de S/. 66 millones, logrando un 97% de su ejecución”. (Carrasco, Bustamante & Gushiken, 2015). Por lo tanto, se puede evidenciar la falta de presupuesto y estabilidad económica para que todos los servicios funcionen.

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Portada del programa de lucha contra la violencia familiar emitido por el Estado